"Tour de gestión: consagración de la amnesia oficial"


Un tutti fruti de asfaltos virtuales, muchos pesos, metros de caño galvanizado y otras yerbas, caracterizó el métrico y decimal discurso, con que el primer edil, se dirigió al pueblo, en el aniversario de su fundación.

“Original” en toda la acepción del término, el señor intendente no pudo cumplir con su promesa de “esta vez” no serlo. Por el contrario, nos sorprendió con un discurso tan “original”, como difícil de conectar con la efeméride que convocaba al auditorio.

Fechas como la de hoy, debieran de servir para ilustrar a nuestros jóvenes en los orígenes de nuestra comunidad, movilizando los recuerdos de los mayores y propiciando un dialogo intergeneracional que nos permita, como sociedad, crecer en experiencia a partir de nuestra historia y tradiciones.

No fue así…

En su lugar, un prolijo detalle administrativo, sustituyó esas expectativas, reemplazando con cifras y datos imposibles de recordar, lo que debiera haber sido una inmejorable oportunidad para recordar al menos, a las personas, personajes y circunstancias que hace 120 años le dieron forma y dimensión de pueblo, a la que hoy es nuestra ciudad.

Vacías de emociones y contenidos relevantes, las palabras del señor intendente, llenaron con cifras, aquellos espacios que no fueron destinados para expresar algunas veladas y coyunturales justificaciones, concluyendo con un “Feliz Cumpleaños” colectivo, casi tan desenganchado de la totalidad del contexto discursivo, como aquel otro “Felices Pascuas” que los argentinos no terminamos de olvidar.

Afortunadamente, “Aurora” y el “Himno Nacional”, entonados por el público, en la presencia de las banderas nacionales, provinciales, distritales e institucionales, orgullosamente enristradas, mantuvieron encendida la emotividad de la ceremonia, llenando con su mudo, pero inextinguible simbolismo, ese vacío espiritual, que imponen siempre los cultores del “pragmatismo administrativo”, cuando pretenden despojar de ideologías y memoria, la precaria, pero aun existente, conciencia popular.

El fragmento de una obra teatral, representado en plena calle, nos permitió concluir la reunión, escuchando por los altoparlantes, un buen "reto" del padre de la patria.

Nada más oportuno que esas palabras “puestas en boca” del Gran Capitán, para entender porque llegamos como llegamos a este Bicentenario, con la sensación de venir rodando por una pendiente pronunciada.

Pero así transitamos la historia los argentinos, de una forma que se repite tanto en el pago grande, como en el pago chico, donde todo da igual y nada es mejor, donde se posterga el recuerdo de una fecha trascendente, para dar lectura a la “Memoria y Balance” de la actual gestión, donde hasta la Biblia dejó su lugar junto al calefón, para alejarse aburrida de la plaza.

GAM
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